4. Elige tu público objetivo

Estoy convencida de que al plantearte hacia quien va dirigido tu producto o servicio has pensado «a todo el mundo». Error. Elegir tu público objetivo es seleccionar las características que tienen en común tus clientes potenciales. Imagina que vas a comprar unos zapatos. Habrá quien se los compre para ocasiones especiales y quien los compre para llevarlos todos los días. No sólo eso. La talla determina también el tipo de público. ¿Has visto zapatos de tacón y plataforma para niñas de 7 años? ¿Has visto zapatos de tacón para hombre? ¿O de un número mayor del 45? Este tipo de planteamientos te van a ayudar a focalizar la atención hacia aquellas personas o colectivos que van a elegir tu producto.
Estudio de mercado
Hay estudios de mercado muy detallados y hay estudios de mercado muy sencillos. Lo importante es que hagas uno. Para empezar, coge tu producto y observa qué tipo de persona lo compraría respondiendo a estas preguntas: quién, cómo, cuándo y por qué.
¿Quién lo compraría? Piensa en su edad, hombre o mujer, adulto, adolescente, jubilado, trabajador, en paro, casada, divorciado, con hijos, sin hijos, con mascotas, adinerado, de clase media, alto, bajo, moderno, anticuado. Cuantas más opciones se te ocurran, más fácil te resultará segmentar tu público objetivo.
Si te cuesta hacer este paso, escoge un producto que ya conozcas y analiza su público. Por ejemplo, iPhone, la ropa de Desigual o las zapatillas Converse.
Si además, quiere llegar un paso más allá, busca un producto similar al tuyo hecho por otra persona o empresa y analiza su público.
Infórmate sobre sus gustos
Una vez que tengas claro qué tipo de persona compraría lo que ofreces, piensa en qué otro tipo de cosas compra esta persona. El objetivo de esto es que consigas que tu público relacione tu marca o producto con otras marcas o producto. Por ejemplo, si quieres montar una empresa de pegatinas personalizadas, y a tu público objetivo le interesan las motos, también le pueden interesar los cascos. Puedes hacer una colección de pegatinas para moteros, con packs especiales para moto y casco. Ya tendrías una segmentación clara para tu negocio.
Lo ideal es que escojas un público suficientemente grande como para que tu producto se pueda convertir en una conversación (¿cuánta gente habrá hablando de iPhone o de PS4 ahora?), y lo suficientemente pequeño como para que se sientan especiales comprándolo.
Con qué puedes ampliar tu mercado
Cuanto pienses en tu producto, no te cierres a una sola opción. No digo que pases de vender pulseritas de trenza de hilo a crear una colección para Swarovski. Pero imagina que te dedicas a hacer sombrillas de playa con diseños propios. En un futuro podrías hacer también bolsos de playa a juego, o toallas, o neveritas con el mismo diseño. Te recuerdo que Amancio Ortega empezó confeccionando batas.

Amancio Ortega y su bata
Mapa objetivo
Para que te resulte más fácil encontrar tu público objetivo, te propongo esta actividad. Hazte un dibujo con la silueta que necesites, y comienza apuntar todo lo que se te ocurra de cómo puede ser ese cliente ideal. Todo. Imagina que es una persona real, alguien con que te tomarías un café. Intenta pensar en cómo sería un día en su vida. Qué tipo de actividades haría, qué tipo de trabajo, cuantas horas dormiría. Apunta todo, incluso lo que no te guste. Y una vez que lo tengas todo, elimina todo aquello que no te interese. Finalmente, haz una lista con todas estas características y tenla siempre bien cerca, porque va a ser tu faro de guía.
Espero que este punto te sirva para tener más claro aún hacia dónde va tu negocio. Piensa que cuanto más claro lo tengas tú, más fácil será dirigir el marketing, hacer que funcione y que consigas tus objetivos.
En el siguiente punto te voy a contar cómo conseguir realizar un producto de calidad.